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1. Mira quién habla
Desde mis comienzos en el cine me he adentrado en áreas que
no son las de la industria global del entretenimiento; sin embargo,
nunca me he sentido del todo a gusto en las demarcaciones del
cine de autor. Me gusta mezclar géneros y alternar documentales,
largometrajes y cine experimental.
Biológicamente soy mujer, para más señas, una que ha tenido
dificultades para adaptarse al papel definido para las mujeres
por la sociedad, una mujer que una y otra vez se ha visto con
agrado cómo su sexualidad provocaba confusión y que se ha lanzado
alegremente a la aventura que esto suponía. Soy portadora de
un pasaporte alemán que, durante los últimos quince años ha
pasado más tiempo en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra,
Italia, Francia, Portugal e Hispanoamérica que en su propia
tierra y que vive allá donde se investiga y donde se hacen y
proyectan películas; un ser humano más allá de lazos de familia,
planes de pensión y acumulación de bienes, cuya red social se
ha formado a través de amistades y proyectos e incluye la más
variopinta selección de habitantes del planeta. Mi trilogía
de documentales Female Misbehavior (1992), Didn’t
Do It For Love (1997) y Gendernauts (1999) ofrece,
en primer lugar y sobre todo, retratos de mujeres libres de
todo conformismo y controvertidas que han chocado con los límites
impuestos por su papel de mujer, y/o personas que experimentan
con cambios de identidad(1).
Female Misbehavior, tiene como protagonistas a Annie
Sprinkle, antes prostituta y ahora artista de performance, que,
mediante gran variedad de materiales y ayudas sociales, se transforma
de ratoncillo anodino en tigresa frente a las cámaras; a Camille
Paglia, feminista antifeminista que lanza una diatriba elocuente
en la que irónicamente se burla de sí misma y cuyas principales
víctimas son los académicos unidimensionales, las a veces absurdas
reglas de lo políticamente correcto en América y las feministas
con sus campañas contra la pornografía; y a Max Valerio, antes
una atractiva lesbiana de origen indio americano, que ahora
da los primeros pasos hacia su futuro como transexual convencido.
En Didn’t Do It For Love conocemos a Eva Norvind, noruega
descendiente de rusos y finlandeses. Norvind trabajó en Francia
como bailarina erótica y en México como estrella de películas
de serie B. Finalmente se trasladó a Nueva York para trabajar
de fotógrafa y conocida dominatriz, acaba de conseguir el título
de psicóloga criminalista y dirige una mazmorra en el centro
de Manhattan, da discursos sobre sexualidad en simposios internacionales
y está escribiendo una autobiografía. Con su personalidad múltiple,
Eva cambia continuamente de país, idioma, profesión y su orientación
social y sexual. Por fin, en Gendernauts se pone en tela de
juicio el concepto mismo de identidad sexual Stafford, uno de
los gendernautas de la película responde a la pregunta "¿Eres
hombre o mujer?" con un simple "Sí".
Al comienzo de la película, Sandy Stone, "Diosa del ciberespacio"
nos propone una formulación programática de este "recorrido
por los sexos" "El sexo puede adoptar todas las formas
imaginables. Creemos que sólo existen dos -el masculino y el
femenino- porque hemos aprendido a hacer los otros invisibles.
Tenemos que aprender a verlos, tenemos que redescubrir nuestro
conocimiento de ellos".
2. De el movimiento gay norteamericano al movimiento transgénero
Al comienzo de este nuevo milenio las condiciones bioquímicas,
médicas, de actuación y, hasta cierto punto, legales, con las
que contamos nos van permitir hacer una revisión de lo que hasta
la fecha hemos considerado presupuestos biológicos. Desde luego,
en muchos lugares hay todavía una incapacidad social y política
para poner en tela de juicio uno de los elementos fundamentales
de la existencia humana la identificación binaria de hombre
y mujer.
En una época en que el proceso para la aceptación de la homosexualidad
avanza a pasos agigantados en los centros urbanos del mundo
occidental y en el hemisferio noroccidental, en algunos lugares
incluso las parejas de homosexuales empiezan a compartir los
mismos derechos que las parejas heterosexuales. En cualquier
caso, la postura de la sociedad ante la opción homosexual se
vuelve cada vez más liberal.
La lucha que durante décadas llevan librando grupos de gays
y lesbianas, especialmente en Norteamérica, ha empezado a dar
sus frutos. Es decir, los pioneros de la lucha por el reconocimiento
de los derechos sociales de los homosexuales han logrado importantes
avances en su carrera hacia la igualdad absoluta.
La siguiente batalla, que pone en peligro el camino hacia una
sociedad formada por seres humanos con libertad para escoger
su sexualidad, es la de la identidad sexual. La lucha por la
liberación de los grupos homosexuales ha allanado el camino
y ahora el término "queer" (invertido) hace referencia
a un amplio abanico de identidades incomformistas. Actualmente
el término políticamente correcto es "l g b t" lesbiana,
gays, bisexual, transexual.
Los pioneros de este nuevo movimiento son Sandy Stone, Susan
Stryker, Judith "Jack" Halberstam, Kate Bornstein,
Jordy Jones, Jacob Hale, Pat Califia (2) y otros muchos que
están haciendo añicos nuestra limitada concepción de identidad
sexual.
3. La importación del debate sobre la sexualidad
A menudo me preguntan por qué hago retratos transies (3) americanos
y no limito mi estudio a Alemania, algo por lo que se me ha
criticado. El proceso de concienciación sobre sexualidad/transexualidad
en Europa continental y especialmente en Alemania no está tan
nítidamente definido. Aunque sí existe un debate -por norma
general, de carácter menos político y que llega con 5 o 10 años
de retraso- simplemente se han trasplantado los temas del debate
del mundo anglosajón, sin someterlos a un análisis previo. Importantes
confrontaciones que han tenido lugar dentro del mundo intelectual
americano y británico entre agrupaciones y facciones de gays
y transexuales se han desarrollado en Alemania a un nivel mucho
más rudimentario. Según mi experiencia, los transexuales alemanes
especialmente los "M to Fs" [de hombre a mujer] son
de carácter reservado y prefieren pasar inadvertidos. Un ejemplo
que ilustra bien lo subyugado del lenguaje del debate sobre
la sexualidad es un número reciente de la revista Zeitschrift
für Semiotik en el que, bajo el torpón título "Cambio
de sexo", uno de los editores, Friedemann Pfäfflin, catedrático
de psicoterapia forense de la Universidad de Ulm y especialista
en el área de la transexualidad escribía "Teniendo en cuenta
el sufrimiento de las pocas personas que verdaderamente se someten
a un cambio de sexo hay que preguntarse por qué este tema goza
de tanta atención por parte de los medios de comunicación. Pocas
veces es un escenario el lugar idóneo para encontrar el camino
hacia uno mismo. Algunas de las personas que esperaban encontrar
apoyo en el opinión pública se han arrepentido más tarde y han
lamentado no haber seguido su camino en silencio. Ante la evidencia
que aportan las biografías de varias personas , yo evitaría
darle una dimensión política a estos temas" (4). Para Pfäfflin
la única solución para el transexual es la simbiosis total con
el sexo opuesto. Reconoce sólo dos sexos y aún parte de la base
de que cada persona tiene una "auténtica identidad sexual",
algo muy serio en lo que ho hay lugar para el juego, el erotismo,
la mascarada o la teatralidad y que se ha de llevar en secreto.
Afortunadamente, hay voces críticas dentro del panorama europeo,
como es el caso de Foucault, quien en su último trabajo, la
historia de la sexualidad, trataba el caso de Barbin incluyendo
extractos del diario del desgraciado hermafrodita Herculine
Barbin que vivió como niña en un colegio monasterio donde más
tarde ejerció de profesora hasta que su ambivalente identidad
sexual se convirtió en algo demasiado peligroso para su entorno.
Su ambigüedad sexual, intolerable para el entorno social en
que vivía llevó a Herculine al suicidio en 1868 en París a la
edad de 30 años.
El ensayo de Foucault apareció por primera vez en los Estados
Unidos en 1978 y en Francia en 1980, mientras que la traducción
alemana no apareció hasta 1998, lo que representa un retraso
de veinte (!) años. En su obra Foucault resalta dos aspectos
primero, ataca el concepto de "verdadera identidad sexual"
que se ha buscado y determinado en Europa desde el siglo XVIII.
El problema subyacente ante casos de hermafroditismo y su aceptación
es la presuposición de que el hermafrodita tiene una auténtica
identidad sexual, femenina o masculina. Segundo, se establece
una conexión entre esta identidad sexual estrictamente definida
y el concepto de integridad psíquica, emocional y social del
sujeto(5).
130 años más tarde, aún se pueden percibir las secuelas de
esta estandarización de la identidad sexual en estas dos categorías
de masculino y femenino. Los transexuales alemanes aún no han
iniciado una acción pública firme y de fondo político. En su
mayor parte, el debate en torno a la identidad sexual en este
país ha estado protagonizado por académicos poco comprometidos
que se han limitado a adoptar posturas anteriores del mundo
anglosajón sin adaptarlas. En este país han tenido poca repercusión
los pioneros del movimiento transexual. Los inspiradores escritos
de Sandy Stone se han traducido al finlandés, al portugués y
al italiano, pero no al alemán. ¿Están las tierras donde se
habla el alemán aún bajo el dominio de la centenaria tradición
de la identidad única?
4. San Francisco ¿una utopía gay?
Atravesamos el océano y un continente entero y nos encontramos
en la costa oeste de los Estados Unidos San Francisco. Esta
ciudad lleva enganchando a aventureros y forasteros desde la
fiebre del oro de 1849, si no desde antes. Además, a lo largo
de varias décadas ha sido la cuna de un clima político y social
de gran tolerancia hacia el "otro". Susan Stryker,
historiadora transexual y coautora del libro Gay by the Bay
lo explica de la siguiente manera "Hace tiempo que me interesa
descubrir por qué San Francisco se ha convertido en la meca
de la cultura gay. Es un lugar que siempre ha albergado colectivos
muy diferentes, un bastión alejado de la sociedad convencional.
La novelista Armistead Maupin escribió sobre San Francisco en
su prólogo a Gay by the Bay "Aquí se encontraba la cuna
de los cambios culturales en América las subculturas de los
bohemios, los beatniks, los hippies, y los hackers se originaron
en esta ciudad. Probablemente por ello, estaba predestinada
a liderar la última gran batalla por los derechos humanos que
se libraría en el siglo XX en los Estados Unidos." (6)
La última gran batalla a la que Maupin hace referencia es la
de la "nación gay" en favor del reconocimiento de
los derechos de las minorías sexuales lesbianas y homosexuales,
drag queens y kings, travestís, transexuales. Durante la década
de los 90 las barreras entre estos grupos finalmente se derrumbaron
y en el mes de junio podemos verlos a todos juntos en el desfile
que recorre Market Street y que sigue siendo la Marcha del Orgullo
Gay más importante del mundo. En 1995 se aprobó una ley municipal
que prohibía la discriminación hacia los transies. Poco después
el centro sanitario local Tom Waddell empezó a ofrecer sesiones
de ayuda semanales a estas personas. Este centro facilita servicios
sanitarios y (tras minuciosas sesiones de consulta) ofrece tratamientos
hormonales.
Así pues, con las luchas políticas que se han ido produciendo
a lo largo de décadas, se ha desarrollado un clima cultural
y social que permitió que las distintas facciones subculturales
se unieran y superpusieran de manera nunca antes vista. Estas
facciones incluían diferentes orientaciones sexuales así como
diferentes razas y condiciones social. Los retratos que hago
en mi película han de verse con este entorno tan propicio como
telón de fondo. La mayor parte de la gente que aparece en la
película -Stafford, Texas Tomboy, Hida Vilario, Jordy Jones-
se mudaron intencionadamente a esta ciudad para poder vivir
sus vidas sin miedo. Viven en un lugar privilegiado que forma
parte de una escena cultural vibrante en la que hay sitio para
que se expresen con libertad. Son los "transies felices",
un movimiento de vanguardia. Prueban su suerte en diferentes
profesiones (diseño de páginas web, arte multimedia, cine y
video, enseñanza, escritura). No cabe duda de que no son los
"típicos" transies. Por desgracia, aún hay una gran
falta de comprensión hacia los transies, víctimas del odio,
la persecución y la violencia. El público más amplio ha conocido
estos lamentables casos a través de dos películas, Boys Don’t
Cry y The Brandon Teena Story que narran el triste
destino de Brandon Teena, biológicamente mujer, que vivió social
y sexualmente como un hombre y cuyo asesinato en Nebraska se
debió a su transexualidad.
5. ¿Cómo acaba alguien que no es transy por hacer una película
sobre transies?
Las relaciones entre transexuales y no transexuales pueden
ser algo incómodas si no se basan en el respeto. Por eso, Jacob
Hale, un transexual transformado de mujer en hombre y que ejerce
como profesor universitario en Los Angeles ha establecido 12
normas para los no transexuales que quieran escribir sobre transexuales.
(7)
Para mí fue relativamente sencillo introducirme en el ambiente
transexual de San Francisco. Ya en los años 80 miembros del
grupo de apoyo de Annie Sprinkle me introdujeron en el mundo
de los transexuales (hombre a mujer) de Nueva York y cultivé
la amistad de algunos de sus miembros. Más tarde realicé el
corto Max, retrato de Max Valerio, por cuya figura me volví
a interesar siete años más tarde en Gendernauts. Fue uno de
los primeros retratos de un transexual (mujer a hombre) y tuvo
mucha repercusión (especialmente en los Estados Unidos), provocando
mucho debate. Además fue utilizado por transexuales en su trabajo.
Dados mis contactos, mi estilo de vida transcontinental y mi
relación con la subcultura gay fue casi imposible no entrar
en contacto con Jordy, Stafford y Texas entre otros gendernautas
de San Francisco, y con su ambiente. Llegamos a conocernos mejor,
pasamos mucho tiempo juntos y nos hicimos amigos. Me interesaba
especialmente el "Club Confidential"de Stafford y
Jordy, un club en el que gran cantidad de identidades sexuales
se mezclan sin exclusiones. Me sentía muy a gusto dentro de
la utopía sexual. Jordy, Stafford, Max, Texas, Hida y Susan
me integraron en su mundo. Sin su confianza la película hubiera
sido imposible de hacer. Por otra parte, sabían que yo dejaría
que tanto ellos como sus identidades (en continuo cambio) se
expresaran y que no juzgaría o clasificaría, sino que les conseguiría
un público que les observara y les acompañara en su caminar
entre las barreras de lo masculino y lo femenino.
6. Mi deseo cambia a medida que yo cambio (Jordy Jones)
Los transies no son homosexuales, según Mark Freeman, del personal
de la clínica de cambio de sexo de San Francisco. Casi todos
los transexuales han tenido muchas experiencias de integración
en la sociedad como miembros de los dos sexos, y ahí empieza
la complicación. Según Sandy Stone "Cuando dos transexuales
se enamoran, se produce una situación interesante porque tienen
múltiples identidades sexuales. Así, pueden tener lugar continuos
cambios dentro de los dos parámetros sexuales tradicionales.
A veces se trata de amor homosexual, a veces heterosexual o
una inversión de uno de estos dos, en ocasiones no se ajusta
a ninguno de estos modelos y no sabemos que categoría aplicar
ni si deben existir categorías. (8) La naturaleza del deseo
sexual también cambia a medida que la identidad evoluciona.
Según Jordy, cuanto más se altera su propia identidad (a través
de las hormonas masculinas que se inyecta, de su propia percepción
de sí mismo y de la relación con los otros que le perciben como
un "transchico", más se siente atraído, en primer
lugar, hacia otros transexuales, y, en segundo hacia homosexuales
que, biológicamente son hombres. Ya no se pueden emplear las
viejas categorías para clasificar el deseo. Jordy, nacido mujer,
desea ahora a hombres homosexuales. ¿Significa esto que ha vuelto
a la heterosexualidad, o en vista de que tiene todo el aspecto
de un hombre gay y a menudo se siento como uno, ha de considerársele
homosexual? ¿O son ambas opciones correctas? Esta situación,
extremadamente compleja, puede provocar sentimientos de inseguridad
por parte de los no transexuales, ya que, además de la incertidumbre
que rodea la identidad social como hombre o mujer, también se
está poniendo en marcha un complicado y desconcertante de identidades
sexuales múltiples y en constante cambio. En palabras de Sandy
"Como gendernautas, nadamos a través del océano del deseo."
Gendernauts nos invita a "sentirnos como un barco
en un océano de identidades múltiples. Hay que levar anclas
y dejarnos arrastrar por la corriente". Sandy, compañera
inapreciable de este viaje nos hace la siguiente invitación
"Uníos al festín de la identidad. Compartid la emoción
y el terrible temor de jugar con los límites de la identidad."
Notas
[*] Texto propuesto para el Ars Electronica 2000: NEXT
SEX, Sex in the Age of its Procreative Superfluousness.
(1) Más información sobre las películas en
www.hyenafilms.com.
(2) Inspirado especialmente en Kate Bornstein: Gender Outlaw,
Nueva York y Londres 1994; y My Gender Workbook, Nueva
York y Londres, 1998; Judith "Jack" Halberstam Female
Masculinity, Duke University Press, 1998; Pat Califia: Sex
Changes, San Francisco 1997. Allucquere Rosanne (Sandy)
Stone: The War of Desire and Technology at the Close of the
Mechanical Age, Boston 1996; y "The Empire Strikes
Back A Posttranssexual Manifesto," en Body Guards,
Nueva York y Londres 1991. Véase también
www.FTM-Intl.org, un sitio web muy informativo con enlaces
a sitios relacionados.
(3) Con el término "Transies" Sandy Stone agrupa
a transexuales, transgéneros y travestidos. Yo emplearé el términios
del mismo modo aunque esta terminología está en cambio constante.
(4) F. Pfäfflin "Facetten der Geschlechtsumwandlung",
in Zeitschrift für Semiotik, Vol. 21, Número 3-4 (1999),
p. 298.
(5) Cf. W. Schäffner, J. Vogel (Eds.): Über Hermaphrodismus.
Herculine Barbin, Michel Foucault, Frankfurt/Main 1998.
(6) A. Maupin "Foreword," en Susan Stryker, Jim Van
Buskirk: Gay by the Bay, San Francisco 1996, p. 3.
(7) Disponible en la homepage de Sandy Stone
www.sandystone.com, que contiene, entre otras cosas, numerosos
sitios dedicados al tema de la transexualidad.
(8) Ibid, entrevista con Mondo 2000.
[ Traducción: Carolina
Díaz ]
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